En el siglo XX una niña le preguntó a Albert Einstein a través de una carta lo siguiente:
¿Los científicos rezan?
Y esta fué la respuesta epistolar del Sr. Einstein:
Enero 24, 1936
Querida Phyllis:
Intentaré responder a tu pregunta de la manera más sencilla posible. Esta es mi respuesta:
Los científicos creen que cada acontecimiento, incluidos los hechos de los seres humanos, se deben a las leyes de la naturaleza. Por lo tanto, un científico
no puede inclinarse por creer que un rezo puede incidir sobre el curso de los eventos, esto es, por un deseo manifestado de forma sobrenatural.
Sin embargo, podemos conceder que el conocimiento que tenemos actualmente de estas fuerzas es imperfecto, así que, después de todo, la creencia en un espíritu
ulterior, último, se traduce en una especie de fe. Esa creencia se encuentra ampliamente difundida incluso con los logros en curso de la ciencia.
Pero también, cualquier persona que esté involucrada seriamente en las búsquedas de la ciencia queda convencida de que algún tipo de espíritu se manifiesta
en las leyes del universo, uno que es vastamente superior al hombre. En este sentido, la búsqueda de la ciencia conduce a una especie de sentimiento religioso,
el cual seguramente es muy distinto a la religiosidad de alguien un tanto más ingenuo.
Saludos cordiales: A. Einstein